¿Cómo hacemos el diagnóstico de un trastorno afectivo bipolar?
El diagnóstico se hace por criterios clínicos. Es decir: se debe comprobar si la persona presenta los síntomas comunes, tanto para los episodios depresivos como los maníacos o hipomaníacos. La existencia de un solo episodio de exaltación es suficiente para diagnosticar un trastorno bipolar.
¿Se puede confundir con otras enfermedades? (Diagnóstico diferencial)
Si nos encontramos con un episodio maniaco, y no hay antecedentes claros de depresión, las fases de exaltación se parecen, a veces, a un trastorno psicótico como la esquizofrenia. Nos ayuda al diagnóstico la existencia de exaltación, euforia y, sobre todo, alteraciones importantes del sueño.
El curso de la enfermedad, a la larga, es muy esclarecedor. El tratamiento de un cuadro maníaco y de un brote psicótico como la esquizofrenia pueden ser parecidos, pero los episodios maniacos suelen curar sin demasiadas secuelas.
La importancia de afinar en el diagnóstico es que el trastorno bipolar tiene tratamiento preventivo que puede llegar a ser muy eficaz.
Los trastornos mentales a descartar son:
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Trastornos del estado de ánimo inducidos por sustancias. Amfetaminas, cocaína y estimulantes en general.
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Inducción de la manía por un tratamiento antidepresivo. Si desaparece por completo al reducir la medicación antidepresiva se diagnostica como inducido por sustancias (antidepresivos).
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Inducción por el tratamiento electroconvulsivante (ECT, TEC, electroshock, electrochoque). Es muy raro, pero posible.
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Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) especialmente si el niño presenta, al mismo tiempo, síntomas depresivos, lo que puede plantear dudas con un episodio mixto).
Los trastornos orgánicos que deben ser evaluados ante la sospecha de un trastorno bipolar, son:
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Esclerosis múltiple, con afectación del lóbulo frontal.
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Tumores cerebrales.
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Enfermedad de Cushing (por exceso de actividad de las glándulas suprarrenales, o por haber tomado un exceso de corticoides).
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Demencias que cursan con frontalización (enfermedad de Pick, por ejemplo).
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Ingestión de sustancias o drogas de abuso capaces de inducir estados parecidos a los maníacos (cocaína, amfetaminas, etc.)
Hipertiroidismo.